lunes, 13 de julio de 2009

Experiencia musical con niños de la unidad de Oncología



Me gustaría compartir con todos una bonita experiencia,

Trabajo en la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Montepríncipe. Soy musicoterapueta. En mi trabajo cada día intento que la los niños a través de la música sean capaces de crear algo nuevo que les de la oportunidad de comunicarse, expresarse, disfrutar y crecer.

La historia sonora de los niños es nuestro "informe" de cada niño. Necesitamos saber su historia, su diario sonoro musical, todo aquello que ha constituido su atmósfera sonora desde casi antes de su nacimiento. Los sonidos y las canciones que cada uno aprendemos e interiorizamos van constituyendo nuestro diario más íntimo y son esos sonidos, melodías o canciones los que en muchas ocasiones hablarán de nosotros o se convertirán en la puerta para acceder a nuestro interior. Por tanto las canciones forman uno de esos capítulos que todos tenemos en nuestra historia sonora.

Hace ya 6 años que descubrí a los Canta Juegos. Desde entonces los he usado en el hospital para que los niños aprendan y disfruten con sus canciones. Otros niños al escuchar las canciones inmediatamente se ponían a cantar y recordaban entonces todas las experiencias previas vividas fuera del hospital y al cantar con ellos te convertías en compañero inseparable. Me pareció entonces que se había logrado un trabajo de gran calidad entre otras cosas porque al aparecer niños en sus vídeos los niños disfrutaban de ver a sus "iguales" participar de aquello que sonaba. En un hospital, donde los niños han dejado fuera su guardería, su colegio o sus amigos, de pronto, ver y oir esas canciones les permitía estar en contacto de nuevo con todo eso que habían dejado fuera. Los niños y los padres aprenden las canciones, las repetimos, y de tanto cantarlas los médicos y enfermeras las aprenden. Y entonces aparecen esos momentos llenos de magia en los que un médico se pone a cantar las canciones del niño para poder explorarle. El niño mira con tanto asombro al médico cantar que nada puede hacer para evitar que esa persona, que comparte su mundo sonoro, que canta su idioma, escuche su corazón y le coja la mano. Mas de una vez he podido ver niños que no querían hablar pero incapaces de no cantar al ritmo del "zapatero" o del "elefante". Estas canciones van conformando su diario sonoro y todos al cantar participamos de él.

El pasado mes de Marzo pedimos a los Canta Juegos, a través de Alicia Wechsler y después de Pedro Zaidman que acudieran a nuestra Unidad. Necesito decir que todo fueron facilidades desde el momento que descolgué el teléfono. Todo fue amable, fácil y sensible. Cuando los niños vieron aparecer en la sala de Juegos a sus Canta Juegos no podéis imaginar la cara de los niños. No podían dar crédito a que esos personajes que están dentro de una tele pudieran estar ahí con ellos. Cantaron, sí, pero no sólo los niños. Los padres y abuelos acabaron sintiéndose niños y no podían parar de seguir las órdenes de la "Compañía" o la coreografía de "Taza, tetera". Hicieron que esa tarde fuera mágica, que todos volvieran a ser niños y que los niños se sintieran con más fuerza y energía que nunca.
Gracias de nuevo, gracias de verdad.
Y espero que nos veamos de nuevo muy pronto!

Un fuerte abrazo de toda la Unidad de Oncología Pediátrica